Achieving gender equality and promoting diversity in the European Audiovisual sector
Manual de buenas prácticas
Los interlocutores sociales del Comité de Diálogo Social Europeo del Sector Audiovisual —emisoras comerciales y públicas, compañías productoras y sindicatos que representas a periodistas, a los miembros del cuerpo de los elencos, personal de los equipos de rodaje, y a otros profesionales del sector audiovisual— han estado cooperando para promover la igualdad de género en el cine, la radio y la televisión desde hace muchos años.
Luego de la adopción del Marco General de Acciones sobre la Igualdad de Género, en 2011, los interlocutores sociales lanzaron en 2018 un ejercicio de mapeo conjunto con el fin reunir información sobre el estado de la situación y determinar las acciones que aún son necesarias implementar para seguir impulsado la igualdad de género y la diversidad en el sector audiovisual europeo.
El resultado de este trabajo se publico en 2020 en el Manual de buenas prácticas, que se encuentra disponible en inglés, francés, alemán y español.
Un resumen ejecutivo está también disponible en inglés, francés, alemán y español.
El Manual proporciona una visión general de algunos de los datos estadísticos disponibles sobre la presencia de mujeres en el audiovisual europeo. Se destacan también las iniciativas emprendidas por las partes interesadas en el sector en diferentes países europeos y en diferentes lugares en la cadena del valor en el campo creativo dirigidas a promover la presencia de las mujeres y de otros grupos infrarrepresentados en la pantalla y en las emisiones, así también como en la fuerza laboral.
Las prácticas incluidas en el manual proporcionan un esquema de la variedad de acciones que se pueden emprender para abordar las distintas dimensiones de la desigualdad de género (discriminación estructural en las instancias de contratación y en la progresión profesional, diferencia salarial entre géneros, desequilibrio en el reparto de las responsabilidades relacionadas con el cuidado, etc.). Estas buenas prácticas demuestran también que todo tipo de organizaciones, grandes o pequeñas, pueden actuar y tener un impacto en su ámbito de incidencia para promover la igualdad, asegurar que los lugares de trabajo sean entornos saludables y seguros libres de cualquier forma de acoso sexual, e identificar toda forma de discriminación, incluso por motivos de edad, discapacidad, orientación sexual, origen étnico o social, a fin de eliminarlas.
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